La población mundial crece cada vez más, por ende sus necesidades de alimentación aumentan; lo contrario ocurre con las tierras de cultivos, cada vez más se hacen pequeñas porque van perdiendo su fertilidad y su posterior degradación.
En este entendido, el Instituto de Capacitación del Oriente (ICO), a través del proyecto Fortalecimiento de la seguridad Alimentaria que financia el Gobierno de Bélgica a través de SOLIDAGRO, vienen desarrollando capacidades a familias del municipio de Moro Moro, para mantener los suelos fértiles a través de diferentes prácticas de manejo y conservación.
Uno de los grandes problemas que afrontan la gran mayoría de los agricultores de este municipio, es la baja fertilidad de los suelos y por consiguiente, bajos rendimientos. Estos bajos niveles de fertilidad en gran medida son resultado de malas prácticas que los agricultores aplican al suelo, como la quema y el sobre pastoreo. Cuando se siembra cultivos en limpio en terrenos inclinados, es donde se produce el mayor lavado o pérdida de suelo y de nutrientes, bajando así la fertilidad y la productividad del mismo. “Antes aquí nuestros terrenos producían bien y no necesitan que lo abonemos, ahora ya no quieren producir”. Señaló Lilí Cruz de la comunidad La Higuera municipio de Moro Moro.
Existen diferentes prácticas para mantener la fertilidad de los suelos, entre las más conocidas y aplicadas en los Valles están las barreras vivas y muertas, y siembra en curvas de nivel para evitar el lavado de su nutrientes por las lluvias, además las coberturas y la incorporación de materia orgánica para devolver sus nutrientes.
Don Paulino Pardo un productor de la comunidad La Higuera, con el apoyo de ICO, ha logrado mantener su suelo productivo. “Aquí yo he construido barreras vivas y muertas, ahora cuando llueve ya no se lo lleva el abono hacia abajo y así no se debilita el suelo”. Sostuvo.
Claro está, si no mantenemos nuestros suelos fértiles, nuestra alimentación se ve amenazada. Por eso la importancia de que los cuidemos.
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