Durante las últimas décadas, los impactos de las actividades humanas en el medio ambiente con sus múltiples consecuencias ecológicas, sociales y económicas, se han convertido en tema central a nivel global, en los ámbitos político y académico.
El Cambio Climático, el agujero en la capa de ozono, la deforestación, la pérdida de biodiversidad animal y vegetal, la disponibilidad y acceso a agua en calidad y cantidad, el riesgo nuclear y la crisis energética, el abuso de agrotóxicos y la proliferación de transgénicos, son temas recurrentes del día a día en nuestra sociedad, y los efectos negativos que provocan su deficiente y aislada gestión, los llevamos sufriendo cada vez con mayor frecuencia y mayor gravedad.
Estas variaciones en el comportamiento natural del planeta y la pérdida de la calidad ambiental, afectan con mayor fuerza a países con menor capacidad y recursos financieros para la adaptación y, concretamente, afecta en mayor medida al sector agrícola y los recursos naturales que constituyen las bases fundamentales para el desarrollo económico, político y social de estos países en desarrollo.
Cada mujer, hombre, joven y niño tienen derecho a un medio ambiente seguro y saludable, así como a otros derechos humanos fundamentales relacionados a un medio ambiente saludable. Para garantizar el ejercicio pleno de estos derechos, la gobernanza ambiental se ocupa del gobierno y administración del medio ambiente y los recursos naturales, desde su consideración como un bien común mundial.
Así como todo el mundo se beneficia de la atmósfera, el clima, la biodiversidad entre otros, así también todo el planeta sufre los efectos dramáticos del calentamiento global, de la reducción de la capa de ozono o de la desaparición de especies. Esta dimensión planetaria, apela a una gestión compartida.
La gobernanza ambiental es clave para alcanzar el desarrollo sostenible, a nivel nacional, regional y global. Por ello, los procesos de toma de decisiones y el trabajo de las instituciones deben seguir métodos informados, coherentes, unificados e integrales y, al mismo tiempo, deben apoyarse en marcos normativos adecuados que faciliten estos procesos. En la buena gobernanza ambiental, se tiene en cuenta la función de todos los agentes que repercuten en el medio ambiente. Desde los gobiernos hasta las ONG, el sector privado y la sociedad civil, la cooperación es fundamental para lograr una gobernanza eficaz que nos pueda ayudar a transitar hacia un futuro más sostenible.
GOBERNANZA AMBIENTAL EN LOS VALLES CRUCEÑOS
En el caso de los Valles Cruceños, un diagnóstico local puso de manifiesto una tendencia estable identificada en el marco del Cambio Climático global, que produce en la región una ampliación anormal del periodo seco y una progresiva reducción del periodo de lluvia, generando unas condiciones climáticas locales difícilmente soportables para la mayoría de las comunidades pobres y excluidas, debido a las limitadas condiciones de infraestructura productiva y a las características del sistema de producción que se tiene en la región.
El Cambio Climático, además de afectar a la población local, puede generar impactos a mayor nivel, ya que esta región, provee importantes servicios ambientales. Una gran parte del agua dulce disponible para el consumo doméstico y para la agricultura se genera, almacena y adquiere su calidad en las montañas, por lo que la conservación de estos ecosistemas es de crucial importancia.
A través del Programa “Gobernanza Ambiental en comunidades campesinas de la cuenca del Río Grande”, con el apoyo de la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo y la Asociación Zabalketa, ICO ha iniciado actividades de acompañamiento y apoyo en los procesos de toma de decisiones para la gobernanza ambiental en los Valles Cruceños, a través del trabajo con diferentes instancias de los gobiernos municipales, departamental y nacional, un trabajo en el marco de las cuencas hidrográficas del Río Piraí y Río Grande, y en las áreas de protección del Parque Nacional Amboró y ANMI Río Grande – Valles Cruceños.
En ICO promovemos la gobernanza ambiental contribuyendo, en un primer momento, a la difusión de información ambiental pertinente a la población y al fortalecimiento de las capacidades para implementar acuerdos ambientales a nivel comunal, intercomunal y municipal, a través de la generación de liderazgos de hombres y mujeres, quienes serán responsables de incentivar cambios de comportamiento y la participación ciudadana en las instancias de decisión ambiental de la región.
Igualmente, apoyamos la construcción y el desarrollo de instrumentos de planificación territorial con criterios de sostenibilidad ambiental, que integren las necesidades sociales y económicas de la población con los valores de protección y respeto a la biodiversidad y a los ecosistemas. Los planes de gestión ambiental, en los niveles comunal, intercomunal y municipal, mantendrán una coherencia entre ellos, en base a las necesidades comunes identificadas y a la normativa vigente. La construcción de estos instrumentos de gestión será participativa y en base a consensos, aportando a un desarrollo futuro sin conflictos ambientales.
Finalmente, promovemos el mejoramiento de los sistemas de producción agropecuaria, a través de mecanismos de adaptación a los efectos del Cambio Climático, y con el objetivo de una pérdida cero en biodiversidad y ecosistemas. Para ello, el programa incidirá en la reordenación territorial de las áreas en producción y la incorporación de prácticas para el aprovechamiento sostenible de los recursos suelo y agua.
Como último aporte, ICO ha iniciado un proceso de generación de información, a través del desarrollo de investigaciones en el campo ambiental, que sirvan en un futuro cercano a las instituciones y a la población como herramientas innovadoras para la mejora de la gestión ambiental de su territorio.
Por: Gorka Cubero Fernández
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